viernes, 22 de mayo de 2009

HEMORRAGIAS

HEMORRAGIAS

Una hemorragia es la salida de sangre fuera de su normal continente que es el sistema cardiovascular. También pueden presentarse hemorragias por orificios naturales del cuerpo, vagina, boca, recto, etc.

CLASIFICACIÓN DE LAS HEMORRAGIAS

· Hemorragia interna: Es la ruptura de algún vaso sanguíneo en el interior del cuerpo.

· Hemorragia externa: Es la hemorragia producida por ruptura de vasos sanguíneos a través de la piel.

· Hemorragia a través de orificios naturales del cuerpo: Es la que se produce por orificios como el recto (rectorragia), la boca (hematemesis o hemoptisis), la nariz (epistaxis), la vagina (metrorragia), la uretra (hematuria), el oído (otorragia), etc.

SEGÚN EL TIPO DE VASO SANGUÍNEO ROTO

· Hemorragia capilar: Es la más frecuente y la menos grave pues los capilares sanguíneos son los vasos más abundantes y que menos presión de sangre tienen. La sangre fluye en capa.

· Hemorragia venosa: El sangrado procede de alguna vena lesionada. La sangre perdida es de color rojo oscuro y fluye lentamente de forma continua. Es pobre en oxígeno y está de regreso al corazón.

· Hemorragia arterial: El sangrado procede de una arteria rota. Es menos frecuente que la hemorragia venosa, pero más grave. La sangre es de color rojo brillante y suele salir a presión, en saltos rítmicos que coinciden con el pulso cardíaco. Si no se ejerce presión y se para la hemorragia, la muerte puede sobrevenir en pocos minutos.

CONSECUENCIAS DE UNA HEMORRAGIA

Cuando el sangrado es importante e implica una pérdida de volumen de sangre que se aproxima al 50%, suele ocurrir un shock hipovolémico.

La gravedad de una hemorragia depende de:

1. La velocidad con que se pierde la sangre.

2. El volumen de sangre perdido.

3. Edad de la persona.

4. Enfermedades que padezca el individuo.

ACTITUD ANTE UNA HEMORRAGIA

La principal medida a realizar ante una hemorragia externa es la presión directa para detenerla. Posteriormente vendar y desinfectar la herida. El empleo de torniquetes debe estar restringido a hemorragias producidas por amputaciones.

HEMORRAGIAS INTERNAS Y EXTERIORIZADAS

Las hemorragias internas se sospecharán si el paciente presenta dolor tras un traumatismo y además piel pálida, fría y sudorosa, pulso rápido y débil, respiración rápida, tensión arterial baja, mareo o pérdida de conciencia.

Manejo:

· Acostar la víctima en posición horizontal. Si está inconsciente colóquela posición lateral de seguridad.

· Abrigar al paciente.

· Suspender vía oral.

· Buscar atención médica.

· En caso de epistaxis, mantener la cabeza inclinada hacia delante para comprobar que sigue sangrando. Apretar ambos orificios nasales cerca del hueso de la nariz, durante unos 10 minutos (Figura 1). Aplicar un paño frío sobre la nariz y frente. Si con ésto es suficiente, sugerir no sonarse ni hurgarse la nariz por lo menos durante 24 horas. Si la hemorragia no se detiene, practicar taponamiento nasal anterior (Figura 2).

Imagen de paciente apretandose ambos orificios nasales, cerca del hueso de la nariz Imagen de paciente al que se le realiza un tamponamiento nasal

Figura 1. Compresión. Figura 2. Taponamiento Nasal Anterior.

Su tratamiento se hará de forma secuencial, siguiendo unos pasos muy precisos. Es importante realizarlo de este modo, puesto que si un método es suficiente para detener la hemorragia no se debe pasar al siguiente.

PRESION DIRECTA SOBRE LA HERIDA.

Es la forma más eficaz de detener una hemorragia. En caso de una hemorragia intensa se puede utilizar cualquier paño al alcance, pero teniendo en cuenta que se encuentre limpio. Si se puede elegir, se cogerán gasas estériles. Esta presión se debe mantener durante 10 minutos, haciéndola directamente sobre el punto sangrante. Si continúa el sangrado, añadir más gasas sin retirar las anteriores ni cesar en la compresión. Si la hemorragia se ha producido en una extremidad (brazo o pierna) debe combinarse esta actuación con la elevación del miembro afectado (Figura 3).

Imagen de presión directa sobre la herida

Figura 3. Presión directa sobre la herida.

El taponamiento debe mantenerse hasta que apenas sangre para poder determinar que el sangrado se ha controlado. Tomar pulsos distales a la lesión.

En el caso concreto de hemorragia en el labio, apretar éste entre los dedos, como indica la figura 4.

Imagen de cómo detener una hemorragia en el labio

Figura 4. Presión Labial.

Si a pesar de todo, la hemorragia continua siendo muy intensa, se pasará al siguiente método.

PRESIÓN SOBRE LA ARTERIA.

Esta técnica es difícil de realizar, pues exige un conocimiento de los puntos por donde pasan las arterias. Presenta la ventaja de que se impide el paso de la sangre a través del vaso lesionado y no a través de los otros.

Figura 5. Presión sobre la arteria.

TORNIQUETE

Sólo se utiliza en amputaciones con sangrado masivo.

Puede utilizarse el manguito del tensiómetro. Figura 6

Imagen de paciente al que se le aplica un torniquete con el manguito del tensiómetro

Figura 6. Torniquete manguito del tensiómetro.

Con un paño y un palo: si no se dispone del aparato de medir la presión arterial se puede realizar un torniquete como se indica en la figura. Con ello se evita hacer nudos sobre la piel que podrían ser difíciles de deshacer en caso de tener que soltarlos con urgencia. Se puede utilizar la venda triangular.

Imagen de paciente al que se le aplica un torniquete con un pañuelo y un palo

Figura 7. Torniquete.

Cuando se realiza un torniquete es muy importante:

1. Anotar la hora en que se coloca.

2. Mantener fría la parte inferior del miembro en que se ha puesto el torniquete mediante hielo o bolsas frías, que no tocará directamente la piel, sino que se aislará mediante una venda o un paño.

3. Aflojar el torniquete cada 5 minutos o menos para que circule la sangre por el resto del miembro. Si continúa la hemorragia, volver a comprimir.

4. Solicitar atención médica URGENTE.

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